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Historia

Orígenes de nuestro centro

En las primeras décadas del siglo XX, era costumbre en España, que las familias ricas que no tenían herederos forzosos, a su muerte, dejasen la vivienda y el capital, para los pobres, bajo la tutela de un Patronato formado por personas con representación oficial. Así es como surgen multitud de Fundaciones, entre ellas la “Fundación Rojas”.

“Fundación Rojas”, en Maracena.

El matrimonio Rojas, vecinos de Maracena, en la calle San Antón (lo que ahora es la Casa de la cultura), no tuvieron hijos, hicieron testamento, dejando su casa y su pequeño capital para crear una residencia de ancianos y escuelas para niños y niñas.
Dejan como Presidente del Patronato a su sobrino mayor, (que lleva el apellido Rojas) y forman parte del Patronato el párroco del pueblo, el Alcalde y el capellán de un convento de Granada donde la señora Rojas oía Misa todos los días.

Pasaron los años y al querer dar cumplimiento al testamento se dan cuenta de que la casa no reúne las condiciones para dar cumplimiento a la intención de los Fundadores, por lo que el Patronato compra la casa contigua a la suya, que pertenecía a unos familiares (Higueras Rojas) y que es la casa actual.
Preparada la casa, el señor cura hace las diligencias para que los Superiores de las Hijas de la Caridad, en Madrid, envíen Hermanas. En 1929 llegan a Maracena cinco Hijas de la Caridad que se hacen cargo de la Fundación, iniciando ambas actividades: la residencia de ancianos y las escuelas para niños y niñas.

La Residencia no tuvo feliz resultado, pues la experiencia puso de manifiesto que ésta no era una necesidad urgente en el pueblo, ya que los ancianos eran atendidos por sus familiares. Sólo hubo cinco residentes. La última persona fue una anciana procedente de Ceuta.
En 1974 finalizó la Fundación como Asilo de Ancianos quedando sólo la Escuela.

Las Escuelas, pasaron a ser la principal actividad de la Fundación. Cuando las Hermanas llegaron a Maracena, en ese momento el pueblo no contaba nada más que con un colegio (el “Ginér de los Ríos). Las escuelas abrieron sus puertas para recibir no sólo a las niñas más pobres, sino a todas aquellas que por motivos de trabajo no podían asistir al colegio público, porque sus horarios eran incompatibles. Las numerosas alumnas que pronto ocupaban las clases fueron divididas en varios grupos: preescolar, pequeñas, medianas y mayores. Se les enseña a leer y escribir, se les prepara para la vida. Desde el principio (como era propio de la época) se dio mucha importancia a la clase de labores, llegando con el tiempo a funcionar un taller de bordado, con un buen número de alumnas bajo la dirección de Sor Palmira.
Se incorporó el uniforme y muchas de ellas se preparaban para el Ingreso al Instituto.

En el año 1969, visitó la Escuela la Inspección de Educación, buscando un lugar para situar una Escuela Hogar y encontraron en ella lo que necesitaban.
Se llegaron a tener cien alumnas internas, venían procedentes de los cortijos donde estaban privadas de la posibilidad de asistir a la escuela. El centro se vio favorecido con la subvención que respondía a 186 alumnas.

En el año 1972, el Centro funcionaba con cuatro Hermanas maestras y otras cuatro seglares.

En 1984 desapareció la Escuela Hogar continuando el Centro como Colegio Concertado en donde se impartían los niveles de Preescolar, E.G.B. y F.P. (Jardín de Infancia).

El colegio ha seguido evolucionando con los tiempos y actualmente se imparten en él las etapas de Educación Infantil, Educación  Primaria, Educación Secundaria Obligatoria y Formación Profesional Básica de “Servicios Administrativos”.

En el año 2009 las Hijas de la Caridad deciden dejar el colegio debido a la falta de vocaciones. La Fundación Benéfica Institución Rojas asume la titularidad del mismo dando continuidad a los principios que definen la Escuela Vicenciana, manteniendo así el espíritu y deseo de los fundadores de darle una educación apropiada a los/as niños/as y a la juventud de Maracena, una educación en valores humanos y cristianos, siguiendo la ruta dejada por las Hijas de la Caridad.

Tanto la Comunidad Educativa como la Asociación de Padres han procurado y procuran, día a día, con su ilusión y esfuerzo, poner el centro a la altura de cualquier otro que goce de gran prestigio, apostando por un espíritu innovador que nos mantenga en la vanguardia de la Educación y que permitan a nuestros alumnos/as disfrutar de una formación integral acorde a las necesidades de la sociedad que nos ha tocado vivir.

El colegio seguirá siempre abierto con el propósito de seguir llegando a todas aquellas familias que deseen hacer de la educación de sus hijos, algo más que la mera transmisión de conocimientos.